Dolly Azzupardi y Mimic

Nombre: Dolly Lilinovna y Mimic
Identidad: Ninguna
Clasificación: Investigadora Paranormal
Especie: Humana/Muñeca
Ocupación: Profesora del Instituto Dwight Oscurity
Familia: Lilinovnas
Hogar: Dwight Oscurity, Massachusetts
Primera Aparición: Oscurity

Dolly Lilinovna y Mimic son dos personajes de las novelas de Oscurity. Se tratan de dos profesores del Instituto. 

Inspiración 

En Bieneviento y Angie, villanos de Resident Evil Village. 

Georgie World

Dolly Lilinovna era la hija muda de un titiritero célebre quien tenía su teatro, el Palacio de los Títeres, en San Petesburgo. La madre de Dolly falleció en el parto intentando dar a luz a quien hubiera sido el hermano menor de esta. Su hermano tampoco sobrevivió. 


El adolorido titiritero se aisló en sus títeres tras la pérdida de su esposa e hijo. Pasaba horas perfeccionándolos y siendo solo una niña Dolly descubría a su padre hablando con ellos y en ocasiones, Dolly juraba que estos le respondían. 

Dolly era prácticamente ignorada por su padre. Este siempre había querido a un hijo varón y pese a los intentos de Dolly por acercarse a su padre, este la despreciaba, por ser mujer y por ser muda, ya que por esto último ella nunca podría aprender sobre ventriloquía. 

Pese este desinterés, Dolly se preocupaba por su padre. Tras la muerte de su madre asumió el rol de la mujer del hogar, cocinando, limpiando y manteniendo a su padre con trabajos de medio tiempo cuando el Palacio de Títeres no rendía lo suficiente. 

Quizás por el amor que sentía a su padre, pese a todo, Dolly se rehusó a reconocer las evidencias de que su padre pudiera ser el responsable de las desapariciones de niños en el pueblo. A pesar de que Dolly en ocasiones veía a su padre invitar a niños al Palacio de los Títeres para jugar con los muñecos, ella jamás pensó que sería para lastimarlos. 

La Policía eventualmente resolvió el misterio e intentaron arrestar al señor Lilinovna sin embargo cuando entraron al Palacio de los Títeres, lo encontraron colgado entre sus marionetas. 

El Palacio de los Títeres fue requisado. Para su horror se descubrió que los cadáveres de los niños habían sido convertidos en marionetas. 

Los cuerpos fueron retornados a sus familias, quienes horrorizadas decidieron quemar el Palacio de los Títeres junto con todas las marionetas. Dolly intentó impedírselos. No solo porque era su hogar sino porque esas marionetas eran todo lo que le quedaba de su padre. 

Sin embargo, no pudo detener a la turba furiosa que prendió el teatro con antorchas. Dolly se coló al edificio para salvar a las marionetas pero solo pudo rescatar a una: Mimic. 

Dolly terminó en la calle, entre el crudo y frío invierno, haciendo trucos de ventriloquía con Mimic para ganar algo de dinero. Sin embargo, en San Petesburgo en particular, debido a la experiencia acontecida en el Palacio de los Títeres, todo lo referente a las marionetas quedó muy mal visto. Dolly en varias ocasiones fue insultadas y agredida por transeúntes en la búsqueda por ahuyentarla. 

Durante mucho tiempo, Dolly vivió en un callejón siendo Mimic su única compañía, su único amigo y el único con quien podía hablar. 

Pronto empezaron a ocurrir sucesos extraños alrededor de las calles en las que ella se había refugiado. Empezaron a haber robos, saqueos y uno de sus agresores fue encontrado apuñalado en una avenida. Cada mañana, en contraste, Dolly despertaba y encontraba que Mimic le había llevado comida o dinero. A su vez, Mimic la consolaba por las noches, le cantaba y le aseguraba que él la protegería y no dejaría que nadie la lastimara. 

La gente hablaba de Dolly como la hija del marionetista demoníaco y la culpaban por todos los crímenes que acontecían. Sin embargo, Dolly no tenía idea de lo que estaba pasando. Hasta una noche en la que una multitud la persiguió, le arrojó piedras. Dolly escapó y confrontó a Mimic sobre lo ocurrido. Entre carcajadas Mimic confesó ser quien había cometido los robos y el asesinato, todo para protegerla. 

Horrorizada, Dolly arrojó a Mimic a un basurero y le prendió fuego para deshacerse de él. Después, con el dinero robado compró un boleto de tren y dejó San Petesburgo, esperando iniciar una nueva vida desde cero, lejos de las marionetas y lejos del Palacio de los Títeres. 

Sin embargo, Dolly no se imaginaba que estaría en su camino, sería acechada por Mimic. Este se apareció primero en el tren en el que Dolly viajaba. Una niña lo llevaba consigo. Una noche mientras Dolly dormía, escuchó la voz de Mimic quien le recriminaba el haberlo abandonado y canturreaba que no podía escapar de él y que lo único que quería era que siguieran siendo una familia. 

Dolly robó a Mimic a la familia y lo arrojó por una ventana del tren con la esperanza de no volverlo a ver aunque el temor la desbordaba. No entendía cómo el muñeco había sobrevivido al fuego. 

Fuera de Rusia, Dolly se estableció en Rumania por un tiempo donde intentó llevar una vida más tranquila como la aprendiz de un sastre por un breve tiempo, hasta que Mimic la encontró y asesinó al sastre. Él sería la única familia que ella tendría. Dolly horrorizada huyó de nuevo tras arrojar a Mimic por un pozo. Se refugió después en un convento de Italia donde le dieron asilo cuando narró que estaba siendo perseguida por un muñeco poseso. Dolly pensó que por fin estaría a salvo sin embargo Mimic la volvió a encontrar. Esta vez tras apuñalar, aunque no matar, a su compañera de cuarto. 

Dolly comprendió entonces que Mimic jamás la dejaría ser feliz y que ella solo pondría en riesgo a todo aquel que estuviera cerca en tanto intentara escapar del muñeco. 

Convencida de que no había manera de detener a Mimic, Dolly lo encerró en un baúl y se lo llevó consigo del convento hacia Roma, donde creyó que podría encontrar respuestas a lo que estaba pasando, pero sobre todo creía que podría encontrar alguna solución que le permitiera deshacerse de Mimic de una vez por todas. 

Fue así que Dolly se introdujo al mundo de lo paranormal. En Roma consultó con múltiples sacerdotes quienes sugirieron realizar exorcismos sobre el muñeco afirmando que estaba poseído por un demonio. Otros mentores gitanos opinaban distinto. Creían que Mimic era el alma del hermano no nacido de Dolly, malcriado por su padre y corrompido por energías negativas y anti-natura. Psiquiatras creían que Mimic era una manifestación de una doble personalidad de Dolly que había surgido como una forma en la que ella pudiera lidiar con su trauma. Otros parapsicólogos expertos en Objetos Malditos, muñecos y posesionismo creían que Mimic era un errante, una  manifestación de todas las emociones que Dolly había guardado dentro de ella misma. 

El desborde de posibilidades terminaron por confundir a Dolly y no le permitieron tomar una decisión respecto a qué hacer con Mimic, sobre todo cuando cabía la posibilidad de que fuera el alma de su hermano no nacido. 

Eventualmente, en su desesperada búsqueda, Dolly escuchó de la Isla de Muñecas, en México. Realizó un largo y complicado viaje hasta dicho sitio y en él se entrevistó con Julián, el guardián de la Isla. A través de él Dolly se puso en contacto con una comunidad de expertos en muñecas quienes le otorgaron una visión muy diferente a lo que todos los parapsicólogos que hasta entonces había consultado le habían dado. Mimic era una entidad que experimentaba un complejo sufrimiento y era la incomprensión y el abandono lo que lo llevaban a las actitudes violentas que él tomaba. Una entidad como él, que en opinión de Julián no era demoníaca ni errante, lo que necesitaba era de un entorno amoroso, cálido y contento que le permitiera compensar las energías negativas que lo rodeaban con luz y energías positivas. 

Después de años, en la Isla de las Muñecas y bajo supervisión de Julián, Dolly al fin se atrevió a sacar a Mimic de su baúl para conversar con él. Le pidió una disculpa. Fuera o no el alma de su hermano no nacido, era la única familia que le quedaba, era la única familia que había conocido por años, y como hermanos que eran, debían permanecer juntos. 

Mimic lloró tras escuchar aquello y abrazó a Dolly afirmando que la perdonaba. Ella le juró que no volverían a separarse pero él tenía que prometer que no volvería a lastimar a nadie nunca más. Mimic lo juró. 

Después de esto, Dolly abandonó México con una nueva misión en mente, parcialmente facilitada a ella por Julián. Viajar por el mundo ayudando a personas que experimentaran una situación similar a la suya y ofrecerles conocimiento y luz. 

Dolly y Mimic se convirtieron en un dúo dinámico de investigación paranormal especializado en Objetos Malditos, principalmente en muñecos. Gracias al conocimiento que ambos habían adquirido fueron capaces de detectar cuando una muñeca estaba poseída por un demonio o cuando en ella radicaba otra entidad que requería de la misma comprensión que el propio Mimic.

Pronto ambos se hicieron de cierta fama en Europa sin embargo, sus andares no venían libres de todo peligro. Mucha gente temía a Mimic o no lo comprendían. Sobre todo porque Mimic era el único que hablaba dado que Dolly era muda. Aquello hizo que ambos sufrieran algunos atentados y aunque en todas las ocasiones Dolly logró que Mimic pudiera contener sus impulsos agresivos, ella temía que llegara un momento en que un atentado se saliera de control y Mimic no pudiera controlarse más. 

En una de sus investigaciones, conocieron a Leonard Sanders, quien quedó maravillado con su historia, narrada por Mimic, además de su basto conocimiento sobre Objetos Malditos, Encantamientos y Maldiciones. Motivado por ello, y por la mención de las tribulaciones de Dolly que había manifestado en una conversación casual, Leonard decidió ofrecerle un puesto como profesora de su colegio, Dwight Oscurity donde además Dolly podría residir de forma permanente junto con Mimic, donde podría compartir su conocimiento con nuevas generaciones de parapsicólogos pero más importante, podría enseñarles aquellos bellos valores de tolerancia y aceptación que tanto difundía hacia los muñecos. 

Dolly y Mimic creyeron que era una oportunidad magnífica por lo que dejaron Europa definitivamente y se establecieron en Dwight Oscurity. 

Dolly y Mimic se establecieron en un salón lleno de muñecos y marionetas. Aunque ambos son profesores de la asignatura, es Mimic realmente quien da la cátedra mientras Dolly se encarga de otros asuntos más administrativos y físicos (como anotar en el pizarrón o revisar los exámenes). Ellos imparten las asignaturas de Paratopografía, Encantamientos y Lugares Embrujados, Análisis y Empleo de Objetos Malditos, Psicometría, Augurios y Presagios y Lenguas Antiguas: Nórdico. 

Poderes y Habilidades

Dolly posee cierta sensibilidad psíquica debido a su prolongado contacto que ha tenido con Mimic. Este, realmente, es el que tiene una mayor sensibilidad psíquica que puede comunicar a Dolly. Ambos pueden interactuar uno con otro a través del pensamiento. 

Dolly no puede hablar pero conoce Lenguaje de Señas. Mimic, como muñeco, puede hablar, moverse y caminar a voluntad, sin embargo Dolly lo carga casi todo el tiempo. 

Ambos poseen un basto conocimiento sobre Lugares Embrujados, Objetos Malditos, Psicometría, Augurios y hablan Nórdico. 

Mimic al final fue catalogado como un Muñeco poseso por el Fantasma del Hermano no Nacido de Dolly, aunque ella sospecha que podría tratarse también del alma de uno de los niños que mató su padre. No obstante, Mimic no recuerda nada anterior a su vida como muñeco. 

Mimic aún tiene impulsos violentos pero logra contenerlos con apoyo de Dolly y sorprendentemente con el de los profesores y alumnos de Oscurity quienes han logrado encariñarse con el muñeco. Antes de Oscurity, Dolly temía qué pasaría con Mimic cuando ella falleciera. Sin embargo, le tranquiliza imaginar que el día que ella parta al Más Allá, Mimic aún tendrá su lugar en Oscurity como Profesor donde, con algo de suerte, sus estudiantes podrán ayudarle a canalizar sus oscuros impulsos. 

En una ocasión, Leonard mencionó que una cualidad que busca en los profesores que contrata en Oscurity es que sean mejores que él. Leonard reconoce que Dolly y Mimic son mucho mejores conocedores que él respecto a Objetos Malditos. Por ello, ambos administran el catálogo de Objetos Malditos custodiados en Oscurity y es a ellos a quienes Leonard consulta cuando se encuentra con alguno cuyo análisis lo supera. 

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